25 de Abril: Día del Maltrato contra las Infancias

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“El maltrato en las infancias es un balazo en el aparato psíquico del niño que produce heridas de tal magnitud en el tejido emocional, que hacen muy difícil predecir cómo cicatrizará el psiquismo y cuáles serán las secuelas.(Intebi, 2003)

En palabras de la Organización Mundial de la Salud: “El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder.” (OMS, 2016)

Algunas cuestiones terminológicas

No consideramos pertinente hablar de abuso sexual infantil, ya que coincidimos con María Beatriz Müller, en que infantil es un adjetivo calificativo. Califica al abuso, dejando por fuera a los responsables del abuso y no hay nada de infantil en él.Es más adecuado utilizar entonces la expresión:“Abuso sexual perpetrado contra niños, niñas y adolescentes” (NNyA).

Bleichmar (2016) propone pensar el proceso de desubjetivación propio del abuso como el que se da en la tortura, dado que en ambos se pretende “(…) fracturar la subjetividad de manera que quien lo padece deje de tener autonomía frente al otro que ejerce el poder”. Se trata de una práctica con NNyA que muchas veces pueden haber vivenciado el afecto del “terror” en los términos que nos sugiere Bleichmar (2003).

Es lo que introduce el terrorismo cuando puede realizar un ataque en cualquier lugar y no hay manera de organizar una defensa que resulte eficaz para el psiquismo. Evidenciando un desvalimiento en el que “(...) pobre y vacío se vuelve el yo” (Hornstein), en un contexto de vincularidad digno de explicitarse a partir de una comprensión de las dinámicas intersubjetivas que se han puesto en juego.

Irene Intebi nos dice que los abusos en las infancias ocurren de maneras muy diversas. En ocasiones los abusos comienzan de manera repentina, sin ningún tipo de indicio.

En la mayoría de los casos los agresores sexuales son conocidos del NNyA.El psiquiatra Roland Summit describe 2 elementos que constituyen en la vulnerabilidad de los NNyA y 3 elementos descritos como secuelas contingentes de la agresión sexual.

Dichos elementos son:

• El secreto: Lo más frecuente es que exista una “seducción” previa en la que dicho agresor se acerca para “ganar” su confianza. El agresor planea un proceso de sexualidad, acercamiento y seducción mediante estrategias para atraer al NNyA, obtener su cooperación y evitar que lo cuenten. (Intebi, 2003) En ocasiones ese secreto se impone mediante amenazas, ya sea de hacerle daño a él/ella o a su familia, o incluso profundizando en el sentimiento de culpa y de vergüenza si los demás se enteran de lo que han hecho.

• La desprotección: El NNyA al saberse vulnerable y no poder pedir ayuda a nadie, porque le obligan a guardar el secreto bajo amenazas, o bien porque por vergüenza, creyendo que ha hecho algo malo; se encuentra impotente, desamparado.

• El atrapamiento y la acomodación: Se genera un efecto tal que el NNyA termina “naturalizando” la cronificación de los hechos. Por un lado la obligación de mantener silencio, probablemente a base de amenazas, y por otro, la desprotección percibida por estos hechos. Estos factores cristalizan en una situación de atrapamiento en la que el NNyA percibe que no tiene más alternativa que seguir padeciendo los abusos.

• La revelación tardía y poco convincente: La mayoría de casos de abuso sexual no se conocen jamás. La revelación suele ocurrir por un hecho que desencadena la violencia vivida durante los abusos. Cuando ocurre el hecho desencadenante y cuentan lo ocurrido la familia suele pensar que es parte de una “rebeldía” que surge de un conflicto familiar y no del propio abuso revelado.

• La retractación: La revelación de los hechos puede suceder por un momento de explosión o por reunir las fuerzas para ello, eso no significa que el miedo haya desaparecido por completo. En cuanto el temor a las represalias regresa, el NNyA puede retractarse de su confesión, alegar que era todo mentira, que se lo ha inventado o utilizar cualquier excusa. Esto sucede porque el miedo a las consecuencias, tanto para él como para su familia, es tan fuerte que no se ve capaz de tratar de escapar de esos abusos.

Los niños son niños y deberían vivir una infancia, en lo posible libre de violencia.