Defensores de Derechos Humanos: el desafío de empoderar y proteger a niñas, niños y adolescentes

Por Walter Martello
Defensor del Pueblo Adjunto General

El 10 de diciembre es una de las fechas más importantes en el calendario de los derechos humanos. Recuerda el momento en que la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU) adoptó la Declaración Universal, hecho que ocurrió hace exactamente 71 años, en 1948.  Este  documento marcó un hito histórico.

La declaración fue elaborada por representantes de todas las regiones del mundo con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, siendo un ideal común para todos los pueblos y naciones. La Declaración estableció, por primera vez en la historia de la humanidad, derechos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero. 

En Argentina, esta fecha nos permite recordar el vínculo estrecho e indisoluble que existe entre democracia y derechos humanos. En ese sentido, cabe recordar que un día como hoy, hace 36 años, Raúl Alfonsín asumía la Presidencia de la Nación, poniendo fin a la dictadura más sanguinaria de toda la historia de nuestro país.

Después de un año marcado por la celebración del 30º aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), en noviembre de 2019, el objetivo fijado por las Naciones Unidas para este 10 de diciembre es “Proteger y Empoderar a los Niños, Niñas y Adolescentes (NNyA) como Defensores de los Derechos Humanos”

¿Quiénes son los denominados NNyA Defensores de los Derechos Humanos? El Artículo 1 de la CDN define a cada Niño, Niña y Adolescente como toda persona menor a los 18 años.  Asimismo, los Estados partes de la Convención, entre los que se encuentra Argentina, deben respetar y asegurar los derechos enunciados en la CDN dentro de su jurisdicción, sin ningún tipo de discriminación, tomando en cuenta el desarrollo de los NNyA y la evolución de sus capacidades.

Sobre esta base, desde la ONU impulsan que los NNyA accionen para promover sus derechos humanos, los derechos de sus pares o los derechos de otros (incluyendo adultos), aún cuando no se consideren como tales a sí mismos o no sean considerados y llamados como tales por otros. Estos NNyA son defensores de los derechos humanos, sin importar donde enfoquen su acción, ya sea a nivel local, nacional, regional o internacional, así como sin importar donde lo hagan, en su país u otros países, por ejemplo, como en el caso de NNyA migrantes o refugiados.

Desarrollar este tipo de tareas, en un país como la Argentina, se hace dificultoso. Tenemos a la mitad de nuestros niños, niñas y adolescentes viviendo por debajo de la línea de la pobreza, en un contexto social y económico que torna prácticamente imposible que puedan gozar de todos los derechos contemplados en el ordenamiento jurídico vigente.

Ahora bien, los niños, niñas y adolescentes defensores de los derechos humanos no solamente defienden los derechos humanos reaccionando ante las violaciones, sino promocionando de manera activa, su efectivo cumplimiento. Por ejemplo, al incrementar la conciencia y conocimiento de la CDN.

En ese sentido, desde el Observatorio de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Defensoría del Pueblo bonaerense venimos desarrollando una serie de iniciativas en distintas escuelas públicas. La iniciativa se canaliza a través de un consejo, donde alumnas y alumnos pueden plantear sus propias inquietudes e iniciativas relacionadas a la convivencia escolar, los vínculos con sus compañeros/as, los docentes, el barrio y la comunidad en su conjunto. Este programa también se desarrolla con muy buenos resultados en la Ciudad de Buenos Aires, en Rosario y en más de 50 localidades del país.

A partir de la creación de consejos de niños y niñas, se pusieron en marcha programas como “A la Escuela Vamos solos” y “Escuelas Seguras – Senderos Seguros”. Se trata de propuestas educativas de autonomía infantil y participación comunitaria en temas de la seguridad, que al mismo tiempo buscan afianzar los lazos de convivencia y solidaridad en el barrio.
En forma similar a los que propone la ONU, los alumnos y alumnos de los consejos de niños y niñas se convierten en defensores de los derechos humanos, formando y expresan sus propios puntos de vista. En ese sentido, se parte de la base que los NNyA deben estar activos, formando grupos y asociaciones, participando en parlamentos infantiles y clubes de jóvenes, haciendo campañas, recolectando firmas del público en las calles, teniendo consultas con políticos, ejerciendo su derecho a reunirse de manera pacífica, tomando acción por los derechos humanos mediante el uso de tecnologías de información y comunicación.

Un enfoque basado en los derechos del niño para los defensores de los derechos humanos fortalece la idea de que todos tenemos la oportunidad de cumplir esta tarea, si así lo deseamos. De la misma manera en que se busca que la educación en derechos humanos sea un proceso participativo de por vida, que incluya el desarrollo de conocimiento, habilidades y aptitudes que inciten conductas en defensa y promoción de derechos humanos, la promoción y el empoderamiento de todas las personas -incluyendo NNyA- puede ser una forma en que se impidan las violaciones a los derechos humanos.