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Por Guido Lorenzino
Hace años que venimos solicitando la sanción de una Ley de Alcohol Cero al volante y aún no hay una solución.
Con uno de cada cuatro siniestros viales provocados por el consumo de alcohol, nos encontramos ante la necesidad de llevar adelante políticas públicas contundentes para frenar este flagelo de una buena vez.
En este contexto, avanzar hacia una ley de Alcohol Cero en la Provincia sería una decisión que serviría para dar una respuesta inmediata a una problemática que no deja de causar daños, y muchos de ellos irreparables, a miles de familias.
Desde la Defensoría del Pueblo bonaerense hace años que señalamos la urgencia de la aplicación de este tipo de políticas para que se prohíba conducir a quienes bebieron alcohol, cualquiera sea su cantidad. La situación ya es lo suficientemente grave como para dar concesiones: si tomaste alcohol no podés manejar, y punto.
En nuestro continuo trabajo para que se apliquen medidas de este tipo, realizamos un sondeo para medir la aceptación de una ley de Alcohol Cero entre los y las bonaerenses: casi el 80% aprobó su aplicación, y de estos, un 37,9% creyó que de esa formas se pueden disminuir los siniestros, y un 46,4% consideró que tendría éxito sólo si se controla su aplicación.
Y este último punto también es central. De nada sirve diseñar un plan que dé respuesta a esta demanda impostergable si no se llevan adelante operativos de control que garanticen que se cumpla. Debe existir un compromiso total de las autoridades para llevar a la realidad esta política para que las personas sepan que están protegidas.
Es por todo esto que apelamos al compromiso de las y los legisladores para que acuerden una ley de Alcohol Cero que se aplique en la Provincia, una iniciativa que sea el resultado de la comprensión de una realidad compleja y de la importancia de encontrar una salida cuanto antes que sirva para mejorar la vida de las y los bonaerenses.
Con uno de cada cuatro siniestros viales provocados por el consumo de alcohol, nos encontramos ante la necesidad de llevar adelante políticas públicas contundentes para frenar este flagelo de una buena vez.
En este contexto, avanzar hacia una ley de Alcohol Cero en la Provincia sería una decisión que serviría para dar una respuesta inmediata a una problemática que no deja de causar daños, y muchos de ellos irreparables, a miles de familias.
Desde la Defensoría del Pueblo bonaerense hace años que señalamos la urgencia de la aplicación de este tipo de políticas para que se prohíba conducir a quienes bebieron alcohol, cualquiera sea su cantidad. La situación ya es lo suficientemente grave como para dar concesiones: si tomaste alcohol no podés manejar, y punto.
En nuestro continuo trabajo para que se apliquen medidas de este tipo, realizamos un sondeo para medir la aceptación de una ley de Alcohol Cero entre los y las bonaerenses: casi el 80% aprobó su aplicación, y de estos, un 37,9% creyó que de esa formas se pueden disminuir los siniestros, y un 46,4% consideró que tendría éxito sólo si se controla su aplicación.
Y este último punto también es central. De nada sirve diseñar un plan que dé respuesta a esta demanda impostergable si no se llevan adelante operativos de control que garanticen que se cumpla. Debe existir un compromiso total de las autoridades para llevar a la realidad esta política para que las personas sepan que están protegidas.
Es por todo esto que apelamos al compromiso de las y los legisladores para que acuerden una ley de Alcohol Cero que se aplique en la Provincia, una iniciativa que sea el resultado de la comprensión de una realidad compleja y de la importancia de encontrar una salida cuanto antes que sirva para mejorar la vida de las y los bonaerenses.